A primera hora teníamos una cita con
Jonas Kensington, el editor de Elías. Nos presentamos en su oficina Max y yo.
Ya se había enterado de la noticia y parecía bastante afectado, al parecer eran
bastante amigos. Le contamos nuestra conexión con Elías y nos contó lo que
sabía. Al parecer Elías había estado recopilando información sobre una extraña
secta como solía hacer, cuando se encontró con que los miembros de la famosa
expedición Carlyle podían estar vivos. Estuvo siguiendo varias pistas hasta que
encontró a alguien que había hablado con Jack Brady el amigo de Roger Carlyle
que hacía de Factotum. Le estuvo mandando varias cartas con la información que
iba descubriendo (nos dejó estas notas) y recibió una llamada el 16/12/1924
donde le dijo que había estado en China, África y Londres, y que había
escuchado algo sobre una conspiración de carácter mundial, que se acababa el
tiempo. Nos contó que en esa llamada se le notaba muy nervioso y un poco fuera
de sí, fue la última vez que habló con él. Le agradecimos su ayuda y nos dijo
que lo llamáramos si necesitábamos ayuda, quería ayudar a esclarecer la muerte
de su amigo.
Justo cuando nos marchábamos aparición
un detective de la policía de New York, el detective Martin. Salimos lo más
rápido que pudimos de allí sin despertar sospechas y nos dirigimos al bufete.
Esta reunión fue de lo más
sorprendente. Estábamos Max y yo, Max Cady, Kurt Russell, Cinthya Connors y Donnie
Brasco. Max Cady parecía bastante afectado por los sucesos del día anterior
pero la señorita Connors volvía a encontrarse serena. Lo primero fue una
explicación. Nos contó que creían que Elías había descubierto algo muy
peligroso y fuera de lo normal. Llegados a este punto Donnie y Cinthya se
miraron un momento y él asintió. "Lo que les voy a contar puede que les
parezca increíble, más les puedo asegurar que es del todo cierto". Cogió
un dossier que tenía en la mesa y nos lo pasó mientras hablaba. "Este
informe contiene la investigación del último caso "especial" en el
que participamos la señorita Connors y yo. Nos avisaron de que se estaban
produciendo asesinatos un tanto extraños, y resultó que había dos niños zombis comiéndose
a la gente del vecindario". Tras escuchar eso todos dimos un respingo pero
Cady y Russell pusieron una cara de asombro casi cómica, seguida de una
expresión de incredulidad que yo bien conocía de nuestra última
"aventura". "Sé que es difícil de creer" siguió Cinthya,
"pero les juro que era verdad". Pasando las páginas del dossier
encontré una foto de un niño, lo que a primera vista parecía un niño. Mirando
con más detenimiento la verdad es que parecía un zombi, ya que se estaba
comiendo un cuerpo humano y tenía la piel como podrida y en algunos puntos se
le veían los huesos. Dejó que pasaran unos minutos para que todos le echáramos
un vistazo a los papeles. A pesar de haber vivido en mis propias carnes una
experiencia similar ver aquellas fotos y leer un expediente de monstruos,
horrores, asesinatos... en la ciudad de Arkham, en un lugar civilizado y lleno
de gente....me aterrorizó.
"No todo en este mundo es como
creen que es" prosiguió Cinthya, "hay horrores mas allá de lo
imaginable acechando tras los muros de la realidad, el señor Power y el señor
Taylor pueden corroborar mis palabras, ¿no es así?". Nunca pensé que
contaría nada de lo ocurrido en Coppertown pero tras las revelaciones de
Cinthya..."Pues la verdad es que sí, nosotros tuvimos un encontronazo con
unos gusanos asesinos gigantes con tentáculos que controlaban mentalmente a
unos mineros y tenían tratos con los dueños de la mina". Esto pareció
demasiado para el escéptico señor Russell, bufó y nos miró como si estuviéramos
chalados (quizás lo estuviéramos). Pero la seguridad de Cinthya era tal
mientras hablaba que pareció convencerlo, sino que hubiera monstruos bajo la alfombra
por lo menos que podía haber cosas que no comprendiera. Por su parte Cady
estaba más pálido si cabe que cuando llegó.
Donnie nos contó lo de los niños zombis
y nosotros le relatamos como huimos de los muchas cuerdas. Tras esto el
ambiente, a pesar de la atmosfera de congoja, pareció volverse....como lo
diría, de camaradería. Como ya sabíamos que podía ser que no nos enfrentáramos
a cosa "normales" pedimos que nuestros honorarios fueran acorde al
peligro. Conseguimos llegar a un acuerdo tras lo cual Cinthya nos comunicó que
había hablado con Jonas Kesinton y este quería darnos más información. Había
quedado con él en un restaurante del centro donde comeríamos mientras nos
enseñaba lo que se había callado esta mañana.
En el restaurante Jonas reconoció
que no nos había dado el resto de la información porque no estaba seguro de lo
que haríamos con ella. Había unas notas que eran preocupantes y que podrían
echar por tierra la reputación de Elías. Cuando las leí entendí las reticencias
de Jonas. Elías se notaba mas desquiciado con el paso del tiempo llegando al
punto de parecer totalmente fuera de sí en la última carta que envió a Jonas.
En estas notas decía que todos los miembros de la expedición estaban vivos, que
estaban intentando despertar algo y que tenía que conseguir los informes del
médico de Roger Carlyle y los libros que estaban en su caja fuerte. Todo esto
salteado con incoherencias y desvaríos. Jonas se mostró muy dispuesto a ayudar
a esclarecer todo este embrollo y Power aprovechó para pedirle una acreditación
de la editorial a lo que este respondió sorprendido pues no entendía bien para
que nos podía servir eso, aún así acepto.
Salimos de allí cuando comenzaba a
oscurecer y decidimos investigar otra de las pistas que teníamos, la tarjeta de
"Importaciones Emerson". Power se dirigió a la biblioteca para seguir
buscando información sobre los integrantes de la expedición mientras Cady,
Russell y yo nos metíamos en el intenso tráfico de la tarde neoyorkina. Cuando
llegamos a nuestro destino ya era tarde por lo que todos los establecimientos
estaban cerrados incluyendo el que íbamos a visitar. Ya que estábamos allí
decidimos echar un vistazo. Parecía una empresa de importaciones típica y todas
las puertas y ventanas estaban bien cerradas. Pensamos en la posibilidad de
colarnos pero desistimos tras comprobar lo resistentes de los cerrojos y lo
inaccesible del tejado. Volveríamos al día siguiente mejor preparados...
Volvimos al bufete y tras buscar un
rato Cady consiguió encontrar la dirección de la finca de la familia Carlyle,
donde podríamos encontrarnos con la hermana de Roger, Érica. Russell nos
comentó que la policía había estado consultando a un experto en sectas, un tal
Mordegai Leming o algo así. Aunque no había resultado de mucha ayuda para la policía
decidimos visitarle al día siguiente.
Debo aclarar que Kurt Russell ya no
trabaja como policía. Desconozco las razones por las que lo han apartado del
servicio pero después de su actuación con los asesinos de Elías lo condecoraron
y seguidamente le dieron vacaciones indefinidas. Así que nuestro compañero ya
no era agente de la ley aunque se comportara como tal.
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